En las últimas semanas, la SUNAT ha intensificado sus fiscalizaciones sobre el uso del crédito fiscal del IGV. Muchas empresas están recibiendo esquelas de citación donde se les solicita no solo la factura, sino también evidencia que demuestre que la operación realmente existió.
Tener un comprobante de pago ya no es suficiente. Se exige verificar la realidad y trazabilidad de las compras de bienes o servicios usados para sustentar el crédito fiscal.
Según expertos tributarios, la administración tributaria solicita a los contribuyentes acreditar la efectiva realización de las operaciones. Esto implica demostrar que los bienes fueron entregados o los servicios realmente prestados y que dichas operaciones están vinculadas con actividades gravadas con IGV.
Además, tanto la Ley del IGV como la jurisprudencia del Tribunal Fiscal y el Poder Judicial establecen claramente que el comprobante de pago debe estar respaldado con documentación adicional para sustentar el derecho al crédito fiscal.
No atender adecuadamente los requerimientos de SUNAT puede generar consecuencias graves:
Multas según el artículo 177 del Código Tributario, que van del 0.3% al 0.6% de los ingresos netos.
Pérdida del derecho al crédito fiscal, lo que puede generar reparos tributarios, intereses moratorios y hasta fiscalización en el Impuesto a la Renta.
¿Qué deben hacer las empresas?
Para evitar contingencias tributarias, se recomienda:
Revisar y atender puntualmente las notificaciones de SUNAT. Si hay muchos documentos, es posible solicitar una prórroga.
Reunir pruebas como contratos, guías de remisión, actas de conformidad, correos, kardex y otros documentos que respalden la operación.
Tener medios de pago verificables, como transferencias bancarias, cheques o vouchers de depósito.
Es importante recordar que la carga de la prueba recae en el contribuyente. La factura es solo el inicio; se requiere demostrar la realidad y vinculación de la operación con actividades generadoras de IGV.
Asegúrate de mantener ordenado tu archivo tributario y conservar tanto los comprobantes como los documentos que respalden tus operaciones. Si no cuentas con un sistema contable, este es un buen momento para implementarlo y evitar riesgos ante una fiscalización.